lunes, 12 de julio de 2010

Nuevo guión

Una vez hace mucho tiempo leíste como debíamos ser. Te pareció extraño al principio, te pareció ajeno a nuestro comportamiento y a lo que habíamos construido después de tantos años juntos, de tantos años de conocernos, de tantos años de igualdad.

Sin embargo, lo sostuviste bajo todos los medios. Y como no cumplí con tus expectativas me castigaste con piedras en algunas ocasiones. Cuando cuestioné lo que me dijiste me golpeaste. Siempre que intenté dialogar me condenaste. En varias ocasiones me encerraste y por más oposición que tuvo o delirante que sonó lo que decías, al final siempre me mataste.

Pero cuando fue tu turno todo lo que en mi condenabas en rededor tuyo y en tu conciencia era real. Y mi verdad fue tu verdad, la realidad que compartíamos.Vos hablaste de mi culpa. Pero los culpables éramos los dos. Y yo sufrí la condena porque me hice cargo de eso y defendí lo que éramos.

Yo sufrí a la condena porque cuestione un guión que describía como debíamos actuar, ser, sentir, odiar, amar.

Hoy te miró, escucho lo que decís, me enojo cuando construís falsos discursos, pero a la vez festejo que se caiga a pedazos eso, lo que alguna vez leíste de cómo debíamos ser.
Me hago cargo de nuestra realidad: la grito, la defiendo y escribo discursos en carteles, revistas, en paredes. Defiendo lo que alguna vez me mato y hoy me hace fuerte. Todos se fortalecen, nos unimos y dejamos de vivir como los demás escribieron que debíamos ser.

Podemos escribir un guión nuevo: el mismo guión, pero la tinta esta vez será de colores, de formas, de lenguajes diferentes, de sabores y olores de todos y todas. Será el principio de una igualdad que tu obra de teatro no incluye. Y no habrá culpables si no responden a esas palabras. Porque nosotros dejaremos de ser actores de algo que vos leíste una vez, hace mucho tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario